Une Gijón y Sevilla, es una antigua ruta romana, su itinerario tiene 2.000 años de historia.
Villa besada por las bravas olas del mar Cantábrico, en Gijón, es donde comienza la ruta romana que, desde el siglo I, viene transportando no solo mercancías, también, ideas y cultura de norte a sur del país.
La Vía de la Plata (llamada así por la voz árabe balata, o camino empedrado) estaba entre una de las principales autopistas del Imperio Romano, la arteria que unía la fértil cuenca del río Guadalquivir con los puertos del Mar Cantábrico. Siglo tras siglo, a su paso, se fueron levantando puentes, acueductos, fortalezas, circos, templos y más caminos.
[Pulsa en el título para leer el artículo completo]
Las vivencias y sensaciones que depara la extensa Vía de la Plata son muchas. Emocionan y reconfortan el conjunto arqueológico de Mérida; la Catedral de Oviedo; los cerezos en flor de la bellísima Plasencia; la minúscula iglesia de Santa Cristina de Lena en los prados de Pola de Lena; las profundas cascadas del Parque Nacional Picos de Europa y una copa de buen vino de jerez en la Sevilla ardiente.