Europa sigue siendo uno de los destinos favoritos entre los mas buscados por los viajeros de todas partes del mundo. El tipo de cambio no siempre favorece, pero eso no es impedimento para visitarla, siempre hay opciones para cumplir el sueño, se puede viajar sin tener que gastar una fortuna.
Organizarse bien, gastar mejor
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Uno de los secretos para lograrlo es la planificación. Tener información sobre los destinos es lo importante para ir diseñando unas buenas vacaciones a nuestra medida. Entonces, antes de partir Internet se puede convertir en nuestro mejor aliado. Existen muchos sitios confiables donde se puede consultar alojamientos, vuelos, transportes en general. Realizar reservas virtuales es una muy buena manera de ahorrar tiempo y dinero, en especial si evitamos temporada alta. En Europa, está es en los meses de julio y agosto. Se debe tomar en cuenta el momento del viaje.
En los meses de invierno, Europa es muy bonita, pero fría, sus días son cortos y la nieve un obstáculo para recorrerla libremente. En verano sucede algo por el estilo, cuando las olas de calor convierten las caminatas en algo arduo, es importante no olvidarse que el aire acondicionado es un lujo de los grandes hoteles. Por estas razones, los mejores momentos son entre marzo y junio o bien entre septiembre y noviembre, por un lado por el clima y por otro por los costes que, son menores.
Es conveniente que lleves los mapas desde tu país, en algunos hasta es posible obtenerlos en las oficinas de turismo que los diferentes países tienen y de forma gratuita los proveen. El primer paso a delinear es el itinerario con ciudades no muy lejos una de otras y además, elegir las ciudades más pequeñas, que al contrario de las grandes urbes, son más baratas, atractivas y pintorescas.
Si nuestro destino fuera España, más allá de Madrid o Barcelona, ya sea para el norte o hacia el sur existen excelentes opciones. Tanto Burgos como Oviedo, Cádiz o Málaga, son ciudades con todo lo necesario para cautivarte, aún siendo muy exigente, no debemos olvidarnos que desde ahí podemos viajar a Portugal, un país con pueblos coloniales muy hermosos y con ciudades majestuosas como Lisboa u Oporto, donde el costo de vida es menor que el de otras capitales. Hay regiones, como Bélgica, Holanda o el norte de Francia, Grecia e Italia, o los países nórdicos, que también nos permiten armar combinaciones entre grandes ciudades y pequeños pueblos.
Transporte
Si bien las diferencias con el euro se han acortado, Europa del Este sigue siendo mucho más económica que el resto del continente. Países como Turquía, Bulgaria, la República Checa o Hungría siguen conservando su encanto romántico y medieval, aún no fueron invadidos por la modernidad. Gran Bretaña e Irlanda, en menor medida y Escocía, siguen estando entre las opciones más costosas de Europa. La Libra respecto al euro hace que todavía sea más caro que en otros países continentales, aunque cada centavo que gastemos bien vale la pena hacerlo.
¿Cómo abaratar costos?
Lo primero, tener buena información sobre los destinos que deseamos visitar, eso ahorra tiempo y dinero. Algo por el estilo sucede con las reservas desde tu país. Cuando ya tengamos armado el itinerario y los pasajes comprados (conviene hacerlo por Internet, muchas aerolíneas ofrecen descuentos al hacerlo por las compras on-line), minimizar el equipaje, llevar sólo lo indispensable, esto por que los taxis no son la mejor manera de trasladarse.
Ya en el destino, el transporte público es la mejor manera de trasladarse para llegar a las grandes ciudades por una suma razonable. Son cómodos, organizados y fiables. Los que vayan con tiempo y gusten de conducir podrán elegir un sistema muy popular entre los europeos: el motor home. El transporte ideal para descubrir pueblitos y caminos desconocidos que sólo usan los lugareños, este medio de transporte ofrece otro tipo de viaje, mucho más agreste y aventurero.
Podemos elegir dos grandes ciudades como punto de llegada y salida y luego experimentar un recorrido original y distinto. Los que no quieran salir a la carretera, el ten es el medio de transporte más recomendable. Son rápidos y van a permitirnos disfrutar mientras viajamos del paisaje y la gente. En recorridos de grandes distancias, lo mejor es pedir un camarote y asi nos ahorraremos una noche de hotel. En grandes ciudades conviene comprar el pase diario para el subte (también incluyen el autobús). Si nuestra estadía va a ser mayor a 5 días, nos va a convenir sacar el pase semanal. Los más jóvenes tienen una opción deportiva: la bicicleta.
Hay ciudades como Ámsterdam que están preparadas para circular de esta forma.