La ciudad de Philipsburg es la capital de la parte holandesa de St. Maarten, muy conocida por su arquitectura colonial. Fue fundada en el año 1763 por John Philips, un capitán de la marina holandesa, y pronto se convertiría en un bullicioso centro de comercio internacional. En la actualidad es tan animada como siempre, con calles comerciales, cafés y hoteles.
Front Street, la calle principal, está llena de tiendas libres de impuestos que ofrecen de todo, desde artículos de cuero italiano hasta cámaras fotográficas japonesas o artesanías nativas.
[Pulsa en el título para leer el artículo completo]
Los viajeros podrán encontrar buenos ejemplos de la arquitectura colonial típica, incluidos los colores pastel tan característicos. Estrechos callejones conducen a patios llenos de atractivas flores y arcadas increíbles.
El Palacio de Justicia, construido en 1793, es lugar más emblemático de Front Street. Una gran estructura de madera blanca rematada con una cúpula, que ahora sirve como corte de St. Maarten. También en la calle delantera se encuentra el Museo Simartin, donde los visitantes tendrán una excelente introducción a la historia local.
El museo exhibe artefactos de cerámicas originales de St. Maarten, y la carga rescatada de un barco inglés hundido en sus costas en el año 1801.
Dos históricas fortalezas dan testimonio de la importancia estratégica de Philipsburg en la historia de St. Maarten.
Fort Amsterdam, construido en 1631 en una península entre Great Bay y Little Bay, fue el primer establecimiento militar holandés en el Caribe. El sitio ofrece una vista espectacular de la actual Philipsburg.
Fort Willem, fácilmente reconocible por su torre de transmisión de televisión, se encuentra justo al oeste del centro de la ciudad. Fue construido por los británicos en 1801, y fue tomada en 1816 por los holandeses. Está fortaleza, tiene un panorama encantador de Philipsburg y las islas vecinas.
En la actualidad, Philipsburg combina su legado histórico con el entusiasmo del siglo XXI. Su puerto se ha convertido en una parada de cruceros, y muchos de sus restaurantes, cafés y clubes nocturnos ofrecen entretenimiento hasta bien entrada la noche.