En el año 2006 cumplió 75 años. De los cuales pueden contarse innumerables anécdotas, como esa que surgió de los bocetos originales, cuando fue planteada la posibilidad de que el Cristo cargara con el Globo Terráqueo y una Cruz, la idea, como tal fue desechada de inmediato para evitar caer en la creencia que se trataba de un Cristo “futbolista”. O esa otra que cuenta que el Obispado de Río de Janeiro toma la decisión de denunciar a varias empresas que utilizaban la imagen del Cristo en los envases de cervezas y otros productos, como la manera de evitar que su imagen perdiera su religiosidad.
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Este Cristo de medidas colosales, 38 metros de altura, 1145 t de peso, es motivo de orgullo para los cariocas (nativos de Río de Janeiro) y los brasileños en general, y motivos no les faltan, es que este monumento de brazos abiertos, en una actitud como queriendo abrazar a todos es para sentirse orgulloso. Su silueta y ese gesto tan famoso en el mundo entero han hecho de el símbolo de la ciudad. Desde el más imponente cerro carioca, el Corcovado, que rodea a la ciudad de Río de Janeiro, de 750 mts de altura, con las famosas playas de Copacabana, Ipanema, Leblon, Barra do Tijuca y Sao Conrado, a sus pies, el Redentor pareciera estar haciendo un llamado al mundo a la Paz, a la Hermandad y al Amor.
Para llegar a él, podemos hacerlo, muy bien por carretera, bien por un tren electrificado inaugurado en el año 1889 por el emperador Pedro I.
Cómo me gustaría poder visitarlo, he leido y visto mucho sobre este monumento sobrecogedor y tiene que ser impresionante en persona.