Una experiencia rumbo a Los Angeles desde San Francisco, y la poderosa seducción que puede tener. Una experiencia de camino para realizar.
Rumbo a Los Angeles
Aterrizamos en el Aeropuerto de San Francisco, alquilamos un auto y damos comienzo al camino rumbo a Los Angeles.
Toda la costa del Océano Pacífico esta bordeada por la Ruta 1, nos esperan 10 horas de un viaje increíble. Al anochecer podemos parar para ver la puesta del sol y podemos hacer noche en un motel de ruta en Monterrey. En este viaje podremos ver los más increíbles atardeceres que hayamos visto en nuestra vida sobre el Pacífico.
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La ciudad de Los Angeles es muy particular. Más que una ciudad parece un enorme set de filmación. Sus largas calles con edificios bajos y estacionamientos gigantes nos pueden hacer sentir que estamos en medio de una película de los años ’70. Puede no resultar una ciudad atractiva arquitectónicamente, todo muy gris y lleno de palmeras.
Eso sí, tiene un par de sitios imperdibles. El bar del Standard Hotel Downtown, es uno de ellos. En una zona nada turística, más bien de oficinas, es una terraza en medio de la city. Por las noches desde esa terraza tendremos una perspectiva increíble de los rascacielos de Los Angeles.
Si nos toca un viernes por la noche, bien valdrá la pena una recorrida por el mítico Sunset Boulevard donde podemos detenernos a tomar un dry Martini en el bar del Hotel Argyle.
No muy lejos de Hollywood nos encontramos con Venice Beach, es un antiguo barrio hippie, pegado a la playa, los sábados y domingos se reúnen a tocar música toda clase de freakies, andar en patineta o hacerse algún tatuaje. Puede resultar una experiencia buenísima ir al atardecer, sentarse a ver la caída del sol sobre el Océano y escuchar a los grupos de músicos que se reúnen a tocar en la playa.
Otra historia es la ciudad de San Francisco. Al contrario de Los Angeles es una ciudad muy hermosa, tiene una elegancia acentuada por sus calles construidas sobre colinas. Todavía conserva la bohemia de los escritores beatniks que supieron habitarla.
North Beach es el barrio donde solían parar los artistas de la época. Francis Ford Coppola tiene en el lugar las oficinas de su productora Zoetrop, donde además tienen un bar que es muy lindo. Está también, el famoso Golden Gate, el famoso puente que hemos visto en tantas películas.