Ritos africanos, ilusionismo, testimonios de brujerías. Un curioso circuito turístico que integran dos museos de Estados Unidos, en Nevada y Nueva Orleans, y otro en Segovia, España.
Cosas de magos, elfos y hobbits
[Pulsa en el título para leer el artículo completo]
Entre una “reina del vudú” y David Copperfield o personajes como Froddo Bolsón y Harry Potter, de este modo, los hobbits y los elfos, y con ellos la corriente de sugestión que irradia el mundo sobrenatural de magos y brujos provocaron la admiración o el resquemor de miles de espectadores en todo el planeta, un efecto parecido aunque no tan masivo, causan ciertos museos dedicados al ilusionismo, pueden verificarse en algunos ámbitos especializados en la temática las exhibiciones sobre nigromancia tradicional y hasta muestrarios de vudú.
Lugares misteriosos
En el barrio francés de Nueva Orleans, con sabor africano, el Voodoo Museum exhibe retratos y objetos ceremoniales usados por Marie Laveau, legendaria “reina Vudú”. El museo también organiza un tour que consiste en la visita a su tumba. Además, el visitante del museo puede encargar mientras recorre las instalaciones, a “médicos brujos” la preparación de una Gris-Gris bag. Se trata de un pequeño bolso de franela roja conteniendo hierbas medicinales que encierran, según dicen, milagrosos efectos para quien los encarga o para quién él decida dedicárselos.
En Segovia, España, se inauguró el Antiguo Museo de Brujería. La obra en exposición gira en torno al diario de un misterioso Señor Alessandro. Se trata de un escrito, realizado entre 1930 y 1940, el resultado es un intenso testimonio del oscuro mundo al que hace referencia el título. Se podrá ver la cabeza disecada de un supuesto vampiro: Oktavius Von Bergengruen y también la legendaria “Piedra del Valle”: una estalactita hallada en 1929, que sugiere un cráneo humano sujetado por una mano.
Una prueba de que todo es coleccionable la suministra el mismísimo David Copperfield con su Museo de la Magia (The International Museum and Library of the Conjuring Arts), en Estados Unidos. El lugar, repleto de rarezas, como el “baúl de la metamorfosis” o las cartas de Houdini; “la silla de la princesa decapitada de Maskelyne y Orson Wells” o la primera edición del Descubrimiento de la brujería de Seott, de 1854, todo aquel que quiera visitarlo primero deberá recibirse de mago. Copperfield no permite que nadie visite su museo.