Bond, James Bond. Recurrimos a la última película del único agente con licencia para matar, como un folleto turístico diferente del Mar Báltico.
Sus películas siempre se han caracterizado por contar con atractivos escenarios. En Casino Royale, el último de los filmes del audaz agente, no es la excepción. Tiene escenas rodadas en Praga y algunas otras en bellos lugares de la República Checa.
James Bond, al inicio de la película llega a un moderno edificio de oficinas de Danube House en Praga (www.danube.cz). La recepción y las escaleras del hotel en Venecia donde pasa unos dias junto a su amante Vesper, son interiores del Museo Nacional, que esta ubicado en la Plaza de Venceslao (www.nm.cz), El aeropuerto de Miami, es en realidad el Aeropuerto Internacional de Praga.
La estacion de trenes de Trieste, no es más que la estacion principal de trenes de Praga. Las escenas que transcurren sobre el tren, fueron grabadas en el nuevo TGV Pendolino, que une Praga con Viena, Bratislava y Ostrava.
La protagonista principal de la película (paisajísticamente hablando) es la ciudad de Monte Negro, famoso balneario ubicado a 120 km al oeste de Praga. En el lugar montaron el Casino Royale, su entrada y sala de juegos fueron recreadas en el edificio de Balnearios Imperiales.
La cita de Bond y Vesper con el contacto en Monte Negro, fue filmada en el café de la plaza principal de Loket, un pueblo medieval que esta situado a 15 kms de Karlovy Vary (www.loket.cz). En los últimos 15 años, la República Checa ha tentado a los cineastas y fue escenario de más de 100 películas internacionales entre las que se destacan: Misión Imposible, con Tom Cruise, Las Crónicas de Narnia, Oliver Twist, de Roman Polansky y El Ilusionista, con Edward Norton.
Vídeo sobre las frías temperaturas del Mar Báltico