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La enfermedad conocida como dengue, transmitida por el mosquito hembra Aedes aegypti, comenzó a alarmar a la población de Argentina.

La cuestión no es ajena en los trópicos, África y toda Sudamérica, pues este insecto encuentra allí climas propicios para desarrollarse.

Argentina logró erradicarlo en la década del setenta, luego reapareció en los noventa y desde entonces los índices han sido bajos.

A fines del 2008, comenzó a aumentar el número de personas con dengue. Se considera que se propagó hacia el norte de la Argentina desde Bolivia y Paraguay, cuyos climas templados lo favorecen.

Las provincias más afectadas son Chaco, Formosa, Salta y Tucumán, aunque en Jujuy se ha declarado la alerta sin contar con demasiados casos.

En otras regiones argentinas se conocieron víctimas, pero no serían casos autóctonos. El problema es el movimiento interno de personas que pueden llevar la enfermedad a sus lugares de origen.

Aunque se ha declarado epidemia y los casos de muerte sean entre dos y nueve, en la actualidad se registró una disminución del 83%, por lo que se trataría de una endemia.

Cómo se transmite y manifiesta

El Aedes aegipty deposita sus huevos en recipientes con agua almacenada, ya sean jarrones, floreros, tarros y neumáticos viejos.

Si la persona posee dengue, no es posible que lo transmita a otro humano, sino por medio de una transfusión sanguínea.

La forma clásica de presentarse es una erupción rojo color brillante, brusca fiebre, vómitos, estreñimiento, dolores de cabeza, abdominales, musculares y articulares, y en ocasiones sangrado de nariz o encías.

El dengue hemorrágico, una de sus manifestaciones de mayor gravedad, puede derivar en la muerte de la persona.

Este estado es similar a una gripe y suele durar una semana, con un leve aumento de fiebre al finalizar.

Igualmente, debe acudirse a un médico para realizarse exámenes de sangre.

Tratamiento

El dengue no posee un medicamento para combatirlo, sino que se recomienda el aumento de líquidos para evitar la deshidratación y tomar paracetamol para paliar los síntomas.

De ninguna manera deben ingerirse aspirinas y antiinflamatorios, pues su acción anticoagulante puede agravar el estado del enfermo; asimismo los cambios bruscos de temperatura por contacto.

Es fundamental aislar a la persona contagiada, para evitar que el mosquito vuelva a picarlo y para que éste no siga transmitiendo el virus, colocando telas metálicas en las puertas y rociar la habitación con insecticidas.

Prevención

El conocimiento de la población es la medida más importante para evitar el desarrollo del dengue.

Los larvicidas ayudan a reducir los vectores, y los repelentes a alejarlos de las personas.

Para los tanques de agua se recomienda agregar pequeñas cantidades de cloro, y eliminar los recipientes con agua acumulada.

El gobierno ha fumigando aquellas zonas más propicias, además de los planes de prevención y jornadas de limpieza.

Argentina trabaja en la solución del problema.

De todas maneras, el dengue no se ha presentado en muchísimas otras provincias, donde la actividad turística continúa y se espera un aumento en invierno.

 






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